Esta es la historia de Rodolfo, el reno favorito de PapáNoel…
Esta es la historia de cómo Papá Noel encontró a Rodolfo, su reno favorito y el último en unirse a su familia.
Dejad que os la cuente:
Papá Noel se despertó eufórico esa mañana. Por fin había llegado el día: El calendario marcaba 24 de diciembre!
Esa noche iba a hacer felices a millones de niños en todo el mundo. Sí, sin duda era su noche favorita del año.
Con una enorme sonrisa, se dirigió a la cocina ¡Qué bien olía!
-Mmmmm Mamá Noel ¿Qué estás haciendo tan temprano? ¡Huele delicioso!
-Buenos días, querido. No podía dormir más. Hoy es el gran día y tenemos que cargar todos los regalos en los sacos mágicos. Así que he pensado que nos vendría bien un buen desayuno.
Mamá Noel era la persona más organizada del mundo entero. Era cariñosa, muy lista y trabajadora y siempre se preocupaba del bienestar de todos.
Los elfos y Papá Noel eran felices con ella. Además, preparaba la agenda de cada año de trabajo para que la fábrica funcionara a pleno rendimiento y todos tuvieran su misión especial en casa de PapáNöel.
Cuidaba de todos y era una amante de las plantas y las estrellas.
-He preparado unas tortitas de chocolate y arándanos, café recién hecho y bollitos para todos -sonrió.
Los elfos se arremolinaron en torno a la gran mesa de la cocina. En la cabecera de la mesa, Papá Noel trataba de poner orden:
-Chicos, chicos, tranquilos, que hay para todos. Aquí nadie se muere de hambre! -Concluyó tocándose su tripa, que cada vez era más grande…
El día transcurrió sin novedades, los sacos mágicos estaban llenos de paquetes perfectamente envueltos. Los polvos mágicos volaban por el gran salón terminando de hacer los enormes lazos que envolvían las últimas bicicletas que quedaban por subir al trineo.
En el exterior de la gran casa, rodeados de nieve y árboles de abedul, los 8 renos de Papá Noel descansaban y comían felices por su inminente viaje.
A lo largo de los años, Nicolás, que es como se llamaba en realidad Papá Noel, había ido reclutando a los mejores renos del Polo Norte.
(…)
Y colorín colorado, este cuento encantado se ha acabado.