Un increíble cuento en el que no todo es lo que parece…
Hace muchos, muchos años había un Emperador muy presumido, que se gastaba todo el dinero que tenía en comprarse trajes nuevos.
No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a no ser que fuera para lucir sus trajes nuevos. (…)